Todo comenzó temprano en el barrio de
Nuñez, el sol pegaba fuerte y las calles se iban vistiendo a tono para la ocasión. Por un lado, el
azul y el amarillo eran los colores más elegidos por todos, con un desplazamiento impecable de la barra brava, mientras que del otro lado los
"millonarios" se vestían de fiesta para celebrar lo que ni ellos mismos se esperaban. A las
16.15 horas, con un buen arbitraje de la terna que dirigió la final del mundo, encabezada por
Horacio Elizondo, se dió comienzo al superclásico argentino. Las tribunas estaban repletos, los trapos al viento y los bombos que acompañaban a toda la muchedumbre de ambos equipos que no pararon de cantar en los
casi 100 minutos de partido. Las ausencias de
Ortega y de
Gallardo a último momento, pasaron desapercibidas y ya todo estaba dispuesto para darle comienzo a un nuevo episodio del folklore argentino, el superclásico que protagonizan los dos clubes más grandes de la
Argentina,
Boca Juniors y River Plate. Los de Nuñez, comenzaron mejor que Boca y , en los primeros minutos, estrelló una pelota en el palo y avisó a
Bobadilla que no le esperaba una buena tarde. A los pocos minutos de partido,Federico Dominguez se retiró de la cancha lesionado tras un fuerte choque con
"el pampa" Calvo que se cortó en la boca y tuvo así un comienzo bastante accidentado. Hasta que a los 30 minutos, de un tiro libre pateado por Belluschi y una jugada un tanto confusa, llegaría el primer gol de los de Nuñez, en los pies de
Gonzalo Higuaín (con un taco), pero la alegría no les iba a durar mucho a los "millonarios", porque Boca llegaría al empate de los pies del mejor jugador del fútbol argentino,
Rodrigo Palacio, tras un pase más que preciso de otro grande,
Fernando Gago. Igualados en uno se fueron al descanso. En el segundo tiempo, el equipo de la banda volvió a demostrar quién tenía ganas de llevarse los tres puntos y de prenderse en lo más alto de la punta junto a los xeneizes y con una excelente jugada,
Gonzalo Higuain, conseguiría el segundo gol para River y se convertiría en la figura del partido, junto a
Belluschi que salvó a River del empate tras un tiro libre de
Morel Rodríguez que pegó en el travesaño y luego de un cabezazo, Belluschi la sacaría de la línea, evitando así el empate del conjunto de la Ribera. Pero River no se conformaría con el 2 a 1 e iría por más, y con una muy buena habilitación, River daría con
la tecla correcta y en la punta del botín derecho de
Hernesto Farías conseguiría el merecido
3 a 1 definitivo. Tanto River como Boca estuvieron irreconosibles. Boca jugó su peor partido del campeonato, después de mucho tiempo y River jugó como nunca y le dió a los xeneizes una extraordinaria clase de fútbol.
La Volpe no acertó con los cambios y
Martín Palermo se retiró lesionado del partido (fué reemplazado por
Marcelo Delgado para sorpresa de todos),
Guillermo B. Schelotto se quedó en el banco y no tuvo oportunidad de demostrar que siempre que entra contra River, él solo hace la diferencia.